Otro amanecer sintiendo mi propio latir,
atraviesa mi mente tu esporádico ego,
como fuí capaz de resignarme y dejarte ir,
aturdo mi desgarro con el trago del veneno.
Te espero...te espero... ¡te espero!
Falta tu alma sonriendo con esa dulzura,
mi tormento te arrastró a la cornisa frágil;
mueca de desamor dibujada con mesura,
sigiloso silencio como un gato negro y ágil
Amor regresa… vuelve… ¡cúbreme!
Acelerado corazón que ya se sale del pecho,
quisiera romper la armadura de tu lejanía,
acercarte al fuego que se siente en mi lecho;
romper con mis súplicas tu canto en letanía,
Te siento… te huelo… ¡te extraño tanto amor!
Calvario que pesa como el recuerdo tan vivo,
hojas corriendo en el libro del lejano pasado;
ambivalencia en la entrega del temor cautivo,
llanto de perlas negras se derrama en mi costado,
Ya grito…ya sangro… ¡ya muero!
Suelto tu mano que floja sostenía mi única flor,
te dejo partir sin mirar la luz que me enceguece;
robaste de las estrellas todo su resplandor,
Adiós amor… adiós para siempre…
Vete de mi vida… ¿no ves que ya amanece?
© Sabra (Mónica)
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