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Cuando nuestros sueños se ven cumplidos y la felicidad llena nuestras vidas, es fácil dejarnos llevar por la alegría y no percatarnos de que mientras celebramos podemos estar perdiendo algo valioso:
Nunca descuidemos a nuestros amigos y familiares. Cuando estemos felices, hagámosles partícipes de nuestra alegría. Y aunque en esos momentos no les necesitemos tanto, la vida da muchas vueltas y los volveremos a necesitar. Si los cuidamos, ahí estarán para nosotras.
Cuando estamos emocionalmente alegres y nos rodea la felicidad, tenemos la tendencia de olvidar a los que han estado siempre a nuestro lado.
La felicidad nos ciega a modo que sólo vemos lo que nos provoca esa alegría, ignorando a aquellos que nos rodean. Cuando estamos felices, tontamente pensamos que no volveremos a sufrir, pues nuestro corazón está en su mejor momento
———— Pero ALTO:
Hay que recordar que la vida tiene dos caras, una de mucha felicidad y la otra de mucha soledad.
Es importante que siempre sepamos cuidar a los amigos y no olvidarlos en los momentos en los que todo nos sale bien. Nadie quiere que lleguen esos días tristes, pero llegan, son inevitables. Hay que vivir la alegría pero sin olvidarnos de los que siempre han estado a nuestro lado tanto en lo bueno como lo malo.
No permitas que cuando hay alegría en tu vida, tus seres queridos se conviertan en meros espectadores que te ven alejarte de ellos feliz por lo que estás viviendo.
Sé feliz, pero precavidamente.
No te alejes de los que te quieren.
Vive la vida de la mejor manera sin dañar a terceros.
Acaba con tus miedos y permítete amar.
La vida tiene dos caras. Hay que tenerlo claro:
La felicidad de hoy, puede ser las tristezas del mañana.
6/12/2012 © Autor: Shoshan.
Esta reflexión originalmente fue publicada en Toda Mujer es Bella.
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