Todas las noches,
al encenderse miles de estrellas
en ese cielo donde te miro,
bajo el recuerdo de tu mirada,
tomo mi almohada con un suspiro,
y,... ¡Oh maravilla!,
llega a mis sienes
todo un encanto de dulces sueños.
En esa magia de enamorado,
donde hay ensueños,
tú eres la almohada,
mi tierna amada.
Tienes mis brazos,
tienes mis besos,
bajo la funda laten deseos
que me recorren con gran anhelo.
|
¡Es un encuentro tan esperado,
la ceremonia de cada noche,
con esa almohada de mi desvelo!
Sí a ti te hablara, te contaría
cómo te nombro, cómo te quiero.
La toco y la acaricio,
rememorando tu largo pelo,
la pego junto a mi cuerpo
y así me duermo, embelesado,
siempre soñando
con ese roce,
que hay en tus manos de terciopelo.
©2006 Autor: Leonardo Sáenz Baez. |