Yo no quiero mi verso crucificado en tus labios
clavado y desclavado como signo intruso
atravesando siglos, No.
Quiero beber más poemas de tus sueños,
invéntame un edén de tornasoles exactos,
conjuremos al unísono, un verano y un deseo
pan para cada día, y peces para nuestro costado
ahora que la estrella de Venus nos obsequia
este amor, rojo recíproco
nuestra herida compartida
cicatriz de luz para ambos.
Lo sabes sí, porque te lo he dicho
que hubo un planeta antes de ti, y otro cielo
parecido a nada, estático de enigmas
que girando está de nuevo para mí
porque llegaste y permaneces
porque eres agua, aire, tierra, y fuego prometido
trajiste caricias ceñidas a tu cintura y tus senos
sollozos de espera en los bolsillos,
era septiembre, decía el calendario
las siete, dijo el reloj que no mentía, y callábamos...
No pudimos callar tanto tiempo, era destino aprender
la mutual plegaria.
-Nunca te vayas de mi lado, No
Soy yo el que ama este fragmento de universo
que has pincelado con tus dedos de Ninfa
o esta tarde harapienta que me sigue y no conoces
que me lleva a tu ciudad extraña, tan lejana
No llores al escuchar reír las calles...ya no estamos solos
Ya no, ...¿Sabes?
Te amo.
©2007 Autor: Godofredo Oscos
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