Envuelto en grises y azules,
añoro tu cobriza cascada,
bailando un vals con el viento,
para despertar tarde
arropado por mi soledad infinita.

Perdidas las joyas celestiales,
sin marco el lienzo de tu piel,
marchita la rosa sin aroma,
derramo el óleo de tus besos
en el cáliz de mi alma desolada,
vacía del amor, porque
se marchó a tu lado...

© 2007, Autor: Guepardo
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En el silencio de la noche
irrumpe la dulzura de tu aroma,
rosa tibia llena de pétalos húmedos,
incienso que exorciza mi espacio;
- al sentirte -

Busco incesante la calidez de tus labios
en la espesa tiniebla de mi mente,
encontrando sólo vacío y penumbras.

El brillo de tus ojos de ámbar perfecto
iluminan mis sueños de otra manera,
divinos los recuerdos que me aturden
entre lágrimas saladas y turbias.